martes, 21 de abril de 2009

Carta para la mujer que aún no ah llegado.

¡Hola bonita!
¿Cómo estas? Perdón por no llamarte por tu nombre, pero tu sabes, aún no te conozco. O talvez si, pero aún no lo sé.
Te estoy esperando hace ya algún tiempo, pero no te preocupes, yo sé esperar, por mi parte debes saber que puedes tomarte el tiempo necesario. Aunque a veces te extraño mucho y me paseo entre las estrellas y las flores. Muchas otras veces camino por la ciudad en espera de que tú me encuentres.
Hay noches que sueño con nuestro encuentro, tu mirada y tu pelo, cuando eso pasa salgo a la calle deprisa, con una sonrisa y todo parece más fresco, la brisa de la tarde en el campo trae un aroma a maderas e imagino que es por que te has soltado el cabello.
No sé si en estos momentos tienes alguien a tu lado, si es así deseo que te quiera mucho y que no te haga llorar. Si estas sola no te preocupes, talvez a la vuelta de la esquina está alguien que te espera tomando café o dibujando tu rostro en alguna servilleta.
¿Sabes? Mi soledad es el espacio reservado para la persona que ya amo pero que aún no ah llegado. Es ese sentimiento que me impulsa a voltear a un rincón cuando estallo en carcajadas para ver si a ti también te causa risa. Es buscarte en caras ya conocidas. Es imaginarte llegando deprisa a una cita y con esa sonrisa que me enamora más de ti.
En tardes como esta me pongo a pensar en ti, le pregunto al viento si te ah visto y si estas muy lejos. Escucho canciones que me gustaría cantarte, leo poesías que quiero decirte a media luz.
A la fecha no hay nadie a mi lado. Aunque no niego que de vez en cuando creo que te eh visto por la calle y nace una atracción, intriga y una duda por saber si es verdad.
Algún día te daré todas estas cosas que tengo para ti; una sonrisa, un beso, mil kilómetros hacia el sur, mis secretos, mis sueños, mis miedos, dos hectáreas de mi espalda, mis manos, un corazón, canciones tristes, días de colores, historias reales, cuentos para que duermas bien, tu desayuno favorito, un helado, un verso, un suspiro, una amiga, ideas locas, un viaje por el tiempo, una noche entera, tardes de paz, risas en tu sopa, nubes en el agua, un diamante de azúcar, gotitas de miel en tu espalda, una pintura de mi alma, veinticuatro “te quieros”, una onza de caricias, dos boletos para el autobús, y un millón de cosas más.
Me pregunto, ¿De que color serán tus ojos? ¿Cómo besarán tus labios? ¿Qué es lo que buscas? ...
Responde algún día, ¿Sí?
Aquí te estaré esperando.
Con amor.
J.C. Villaseñor Laris

viernes, 17 de abril de 2009

The wings

You give me the wings to fly
You are the clear blue sky
I'm floating so free, so high
Falling with grace - for you and I
You give me the wings to fly

No lo sé

No sé.Simplemente no lo sé.
Hoy tengo un nudo en la garganta como el día en que llore a tu lado por pena. Esta vez, no sé qué es lo que pasa y eso me tiene así.
No sé que pasara en tu ciudad, en tu colonia o en tu calle, no sé si alguna vez en el día piensas en mi y si es así... ¿será de la misma manera que yo pienso en ti? ... No sé si duermes, trabajas o si solo sonríes.
Me estoy ahogando, estoy tan triste.Estoy burlándome de mi misma y tratando de encontrarte y al hacerlo te añoro más.
Llevo varios días sin sentir el tiempo, puede que sea tan lento que por eso no lo siento.
Tengo celos.
Tengo los brazos tristes porque no pueden estrechar tu cuerpo.
Tengo los labios perdidos y las palabras profugas, tengo noches largas y un montón de sueños.
Me atrevo a pedirte una noche, un abrazo, un beso.
Tengo tantas caricias que darte.
Dame un indicio. Un chispa de paz.
Tómame en tus brazos...
Aun no me digas adiós...

Bitácora del final.

Día 1

Perturbada, bajo tu influencia y con medio litro de jugo de naranja, así empieza la mañana… no sé si es lunes o martes… no hay pistas de ti.

Día 2

Es tarde… 250 km más al sur de tus labios… tengo dolor en el hombro izquierdo… sigo esperándote.

Día 5

La música de una canción sin fin penetra en mi cabeza… doy señales de vida con un mensaje a su celular… no hay respuesta.

Día 8

Una llamada… corta… pero al menos escuche su voz… 36ºc… viento del Este.

Día 10

Estoy perdiendo… no hay cambios… “Debo saber si en verdad en algún lado estas”… 144000 minutos.

Día 13

Se están acabando los suministros… hay sangre pintando de carmín el suelo… Pierdo las esperanzas.

Día 15

Un anuncio por la radio… apenas comprensible… todo termino… bajas; un corazón…

Un segundo... un pensamiento.

Un segundo... un pensamiento.
Cuando pienso que todo va bien te desvaneces bajo la sombra de mis días grises.
Tantas razones para querer escuchar tu voz.
Quiero terminar con mi soledad.

El presente.

Lagrimitas que caen sobre hojas blancas,penas que invaden mi habitación... desolación.
¿Por que te necesito?¿Por que no puedo dejar de pensarte?
Viviendo bajo tu hechizo, bailando por la ciudad,pensándote en cada rincón.
¿Será cierto?
Mis pesadas botas aplastan la hierba del jardín, dando círculos debajo de un farol.
Tres segundos más y el reloj dirá tu nombre.
Miro al cielo buscando a Aldebarán para pedirle que me diga lo hermosa que estas bajo su luz.
Pido al viento que me traiga de alguna manera tu aroma.
Mi tristeza arrasa con el día.
¿Me llevaras a la luna?o... ¿Me dejaras morir?

La útima noche.

Se me vació la mirada sobre tu piel.
las manos se me escurrieron, recorriendo tu cuerpo.
Mis labios huyeron a tus labios.
¿Que hago si ya no vivo conmigo?
La poca luz que se cuela por la ventana baila con las sombras tomando como escenario tu espalda.
El aceite paseaba por tus piernas como ave en libertad, envidio su recorrido.
Tu nuca me llevaba al pecado.
Tus manos a la gloria.
Tus piernas me invitan a pasar la madrugada pegada a tu ser.

Tu eres la culpable.

Caminando lento y te siento cerca,Olvido el rumbo y viajo de contrabando.
El aire frió en mi cara me hace mirar al cieloy buscarte entre las estrellas.
Me siento enamorada,Lo miro todo a través del celofán.
Pienso en ti.
Te recuerdo.
Te extraño.
Camino hacia tras para encontrarte en mi memoria,Aquel día de calor,La primera vez que te vi.
Una sonrisa, una mirada.
Estas conmigo y no sé si lo notas.
Te quedaste entre mis manos y no sé si lo sabes.
Eres culpable de que mis días sean así.
Dime; ¿te has sentido así?